Esto, que a
continuación transcribo, es en parte un email que he recibido y con todo el
gusto del mundo paso a publicar.
Los españoles
deberíamos convocar un referéndum para darle la independencia a Cataluña.
La independencia de Cataluña arruinaría a los propios catalanes.
El PIB de la
comunidad autónoma caería como mínimo 50.000 millones de euros. Una Cataluña
independiente tardaría al menos diez años en lograr integrarse en el Euro.
Seguro que prosperaría, y el resultado sería algo así:
Cataluña se convertiría en un Estado independiente, como es hoy Túnez o Marruecos. No pertenecería a la Unión Europea, ya que, para ello, tendría que solicitar formalmente su adhesión y cumplir con los requisitos previos; esto podría durar años. Además, España tendría que dar el visto bueno para su entrada, y, podría oponerse durante más años todavía. Tendría su moneda propia que podría ser el “catalino”, por poner un ejemplo.
Cataluña se convertiría en un Estado independiente, como es hoy Túnez o Marruecos. No pertenecería a la Unión Europea, ya que, para ello, tendría que solicitar formalmente su adhesión y cumplir con los requisitos previos; esto podría durar años. Además, España tendría que dar el visto bueno para su entrada, y, podría oponerse durante más años todavía. Tendría su moneda propia que podría ser el “catalino”, por poner un ejemplo.
Estarían separados de
España y de Francia por una frontera bien definida, controlada por Aduanas, o
por los antiguos fielatos, donde tendrían que pagarnos los correspondientes
aranceles.
Como no pertenecerían a la Unión Europea para conseguir cualquier mejora en sus relaciones con Europa tendrían que obtener el apoyo de España. Su moneda tendría un cambio flexible con el euro y probablemente se devaluaría con lo que, para evitar una inflación importada, tendrían que trabajar más que ahora, pagar más impuestos que ahora y ser más pobres que ahora.
Como no pertenecerían a la Unión Europea para conseguir cualquier mejora en sus relaciones con Europa tendrían que obtener el apoyo de España. Su moneda tendría un cambio flexible con el euro y probablemente se devaluaría con lo que, para evitar una inflación importada, tendrían que trabajar más que ahora, pagar más impuestos que ahora y ser más pobres que ahora.
Los españoles allí
residentes tendríamos pocas diferencias con el trato discriminatorio que
recibimos hoy. Al estar en un país extranjero tendríamos que educar a nuestros
hijos, como ocurre hoy, en catalán. Y si quisiéramos montar negocios, como
ocurre hoy, tendríamos que hacerlo en catalán, o sea, que para nosotros los
españoles habría poca diferencia con lo que nos ocurre hoy. Pero su trato hacia
nosotros mejoraría porque les aportaríamos nuestra divisa, los euros. Y siempre
al cambio saldríamos ganando.
Para poder renovar su actual Carnet de Identidad español, los catalanes tendrían que demostrar que tienen una residencia fija en España y que pagan sus impuestos en España. Lo mismo les ocurriría con el Actual Carnet de conducir español, la tarjeta de la Seguridad Social , etc. Incluso les podríamos pedir Visado de entrada cuando quisieran hacer turismo en España.
Para poder renovar su actual Carnet de Identidad español, los catalanes tendrían que demostrar que tienen una residencia fija en España y que pagan sus impuestos en España. Lo mismo les ocurriría con el Actual Carnet de conducir español, la tarjeta de la Seguridad Social , etc. Incluso les podríamos pedir Visado de entrada cuando quisieran hacer turismo en España.
Nosotros, el resto de
los españoles, nos ahorraríamos todo el coste que hoy nos cuesta su Seguridad
Social, sus pensiones, su paro, sus vacaciones, etc. Y lo mismo con lo que nos
cuesta hoy mantener a los inmigrantes que ahora residen allí, que cada vez son
más numerosos, sobre todo los que provienen de países árabes.
Todos los que tenemos
el dinero en alguna entidad de allí, podríamos depositarlo en el Santander, o
el BBVA o Caja Madrid, que al final revertiría en la empresas españolas; por no
hablar de las participaciones que tiene las entidades financieras catalanas en
las principales Compañías españolas, habría que obligarlas a devolver las
acciones ya que, al no pertenecer a Europa, el gobierno español podría
“nacionalizar” las mismas.
Los ríos que nacen en España y luego entran en Cataluña
podrían ser desviados para regar zonas secas de España, y no como ocurre ahora
que hay que pedirles permiso para hacerlo así y que siempre lo deniegan. Además
podríamos construir un buen pantano en el Ebro en la provincia de Zaragoza y
convertir en regadío el desierto de los Monegros.
El cava se lo pueden
meter por el culo, ya que tendrían que pagar impuestos a la exportación, y no
olvidar que el 80% del cava catalán se vende en el resto de España. Nosotros no
tendríamos inconveniente en tomar champán francés (que con los impuestos
saldría por el estilo de precio) o la buena sidra asturiana , que fresquita
está de muerte, y los asturianos son unos chicos muy majos que se sienten
orgullosos de haber iniciado la reconquista desde Covadonga.
Si necesitaran dinero para hacer carreteras, para ampliar sus
puertos y sus aeropuertos lo podrían pedir prestado a España, claro que,
pagándonos los correspondientes intereses y gastos. Podrían tener su selección
de fútbol, y el Barca jugaría la liga con el Nastic, el Reus y el Sabadell, así
generaría buenos ingresos para futuros fichajes. Además, ganaría siempre la
liga, ya que no tendría rival. Lógicamente Messi, Pujol, Busquets, Xavi,
Iniesta, Valdés, Pedrito, Alves, etc. buscarían equipos más competitivos en
España o Italia, pero esto, a los catalanes de pro, no les importaría mucho, lo
importante sería “sus señas de identidad”.
Pero por encima de
todo, los españoles, nos liberaríamos de una buena cantidad de gente que nos
desprecia, de políticos que solo piensan en su tierra, y de un montón de gente
que nos usa según lo que les conviene y que muchas veces lo hacen con el dinero
de los impuestos que pagamos el resto de los españoles.
Será divertido verles allí macerándose en catalanismo. Y
cómo, mirándose unos a otros, descubrirán con asombro lo pequeños que son al no
pertenecer a España.
Cataluña tendría entonces la dimensión que le corresponde.
La de un País de paletos provincianos.
Pero que a gusto me he quedao, . . . ¡¡¡ Joooeeerrrrrr !!!
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