miércoles, 15 de agosto de 2012

De la picaresca a la corrupción.


Durante toda mi vida, he creído que el libro que más y mejor nos representaba (por lo de la hidalguía, lo de "desfacer" entuertos y esas cosas), a los habitantes de esta sufrida piel de toro que llamamos España  era sin duda, la obra universal escrita por Don Miguel de Cervantes Saavedra,  conocida en todo el orbe por: Don Quijote de la Mancha,  cuya primera parte fue publicada a comienzos de 1605 bajo el titulo, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha,  en 1615 aparecería la segunda parte del Quijote de Cervantes con el título de El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha.



Pues bien, estaba equivocado, visto lo visto creo que hay varios libros que son los más representativos de la picaresca española y  que le hacen más justicia a nuestro país y a las gentes que lo habitamos, definiendo una forma de ser y un estilo de vida que ha llegado hasta nuestros días( aunque al revés de cómo debería ser) y que no pueden ser otros que los siguientes:  "Vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades" (Anónimo, impresa en 1554), "De la vida del pícaro Guzmán de Alfarache" (Mateo Alemán, impresa en 1599) y la "Historia de la vida del buscón llamado don Pablos exemplo de vagamundos y espejo de tacaños" (Francisco de Quevedo y Villegas, impresa en 1626 pero escrita probablemente alrededor de 1604), aunque también hay que añadir "El guitón Honofre" manuscrito de 1604 escrito por Gregorio González del que sólo se tenía noticias por los bibliófilos Tamayo de Vargas y Nicolás Antonio, que la consignaron en sus catálogos del siglo XVII, pero que permaneció desconocida durante cuatro siglos hasta su hallazgo en 1927 y su posterior publicación en 1973 ( y alguno más).

La picaresca, nace a mi modo de ver de las desigualdades económicas y sociales en la población, los ricos viven en la opulencia y los pobres en la miseria, consecuencia de la injusticia social de la época, la desconfianza ante la Justicia y el agobio bajo su pesado sistema administrativo (algo muy español)  donde se cometían toda clase de abusos legales, el sentimiento de los ciudadanos pobres y algunos ricos, no podía ser otro que el de miedo e indefensión ante el poder. Este conjunto de sucesos da lugar al nacimiento del  pícaro, el pícaro no es un malhechor, es un gran actor, un charlatán y un cuentista que lo mismo  se codea con la chusma y la canalla que  con la nobleza y la aristocracia, tan pronto toma la personalidad de un hidalgo en caballo ajeno para conseguir los favores de una dama, como se viste de mendigo o de fraile para conseguir unas monedas y poder comer ese día. Los pícaros, al estar marginados, eran los que más sufrían la inseguridad de los caminos y el capricho de los tribunales.
A su manera, el pícaro es un rebelde contra el sistema vigente, al mismo tiempo que echa una mirada irónica a su suerte, a su mala suerte, su vida es un drama y lo peor es que el   conoce su situación, sabe que en la sociedad estratificada del siglo XVI y XVII es imposible ascender en la escala social, y no le queda más remedio que tratar de conseguirlo mediante mil artimañas. Aún así, es consciente que jamás escapará a su destino, aunque lo intente una y otra vez. Gran parte de las novelas picarescas transcurren en pensiones, en ventas, en sórdidas escuelas y por los caminos, son pues unos grandes andariegos y pillos. El atractivo de sus narraciones es que en el transcurso de sus andanzas y  travesías se encuentran con toda clase de tipos de la nobleza y de la truhanería, hidalgos, rufianes, curas, locos, poetas... todos exquisitamente charlatanes, que les sirven para analizar, criticar y satirizar la injusta sociedad de la época.
En estos tiempos que nos sido dado vivir, la picaresca sigue existiendo, un ejemplo: El Gobierno ha identificado 150.000 tarjetas sanitarias de personas fallecidas, que estaban activas, al cruzar datos entre Ministerios ante la puesta en marcha en julio del nuevo modelo de copago farmacéutico, y algunas de ellas se pudieron haber utilizado para obtener recetas y medicamentos gratis  tal y como la conocíamos.( Fuente y origen de la anterior información, http://www.elmundo.es/elmundo/2012/07/28/espana/1343469292.html )
Estamos en el país de la picaresca y el fraude y los políticos son el reflejo de la sociedad.


Hoy en día, no es novedad, ni mucho menos, es algo muy normal, la picaresca curricular de la que hacen gala algunos políticos,  que son aficionados a tunear sus currículos y se inventan carreras, licenciaturas, etc..
Se nos está dando a conocer una España más cercana a la picaresca clásica ( yo la llamaría corrupción)que a la honorabilidad que se supone a altos cargos públicos ya sean políticos, jueces, banqueros y empresarios.
La picaresca que el pueblo utilizaba para conseguir llenar la barriga o recibir algún favor femenino, la han convertido los políticos, los jueces corruptos, los banqueros y los grandes empresarios en  depravación, corruptela, vileza, pillaje, saqueo, estafa, fraude, expoliación, usurpación, arrogación,  traición y deslealtad, conjurándose contra el  pueblo para arrebatarle todos los logros sociales conseguidos, sus casas, sus empleos y si es necesario hasta sus vidas, para que ellos y sus familias y allegados sigan viviendo en la opulencia y la abundancia.

Desde estas líneas os maldigo a todos/as, (los políticos, los jueces corruptos, los banqueros codiciosos y sin conciencia, los grandes empresarios sin consideración y sin escrúpulos, a sus familias y sus allegados  y a todos los que se aprovechan sin reparos del sudor del pueblo) que veáis morir a vuestros seres más queridos por las más dolorosas e incurables enfermedades que existan y vosotros os merecéis una muerte lenta y dolorosa, porque sois la basura y hez de la raza humana.


El mundo sin vosotros, sería un mundo mejor.
 
¿Por qué no os morís de una puta vez desperdicios y piltrafas humanas?.





Portada

1 comentario:

Phacus Ventoseatus Terríbilis dijo...

Creo que el ser pícaro es connatural a la propia idiosincrasia de los españoles desde tiempos inmemoriales. Esto es así porque los desequilibrios sociales siempre han sido el pan nuestro de cada día debido al egoísmo del ser humano. Pero, como bien apuntas en tu artículo, hemos pasado de la picaresca para poder subsistir a la picaresca para trepar en la escala social y nuestros políticos, (en un altísimo porcentaje) saben mucho de estos asuntos. Lo malo de todo esto es que la máxima de esta gentuza es que el fin justifica los medios y para conseguir sus objetivos (como buenos trepas), usan de la bribonería, de la malicia, de la pillería, del descaro, de la mentira, de la bellaquería, de la fullería y en fin… de la picaresca, sin importarles las consecuencias y sobre quien deban pasar para lograrlos.