La tristeza es un estado provocado por un decaimiento de la moral, es la expresión del dolor afectivo que expresamos mediante el llanto, el rostro abatido, la desesperanza, nos produce un descenso del estado de ánimo, que puede incluir también pesimismo, disminución de la motivación y puede conducirnos a la depresión. A menudo nos sentimos tristes cuando nuestras expectativas no se ven cumplidas o cuando las circunstancias de la vida son más dolorosas que alegres.
Qué triste es…
mirarla a los ojos y no ver el brillo del amor que antaño brotaba de sus pupilas.
Qué triste es…
ver pasar los días y darme cuenta de que realmente nada dura para siempre y más si el paradigma que tengo es el de su propio amor.
Qué triste es…
que mi tristeza lleve su voz, su cuerpo, su cara.
Qué triste es…
haber dado casi siempre más de lo que he recibido.
Qué triste es…
desear la tranquilidad, la armonía y el amor y obtener solo angustia, discordia y odio.
Qué triste es…
saber que mi felicidad depende de su estado de ánimo.
Qué triste es…
saber que debajo de esa envoltura de alienación se encuentra la mujer que amo.
Qué triste es…
estar solo aún estando acompañado.
Qué triste es…
saber lo que es amar y no ser amado.
Qué triste es…
dar todo mi amor, toda mi alma y todo mi ser con total desinterés y que se quede ahí, atrapado en el éter, porque ella no sea capaz de apreciarlo.
Qué triste es…
ser capaz de dar la vida misma por ella y que ella no sea capaz de dar por mí ni un minuto de su pensamiento.
Qué triste es…
que mi corazón la llame a gritos y ella no esté aquí para escuchar su soledad.
Qué triste es…
que la persona que más me ha hecho feliz, es la que precisamente más me hace sufrir.
Qué triste es…
sentir tristeza y no tener con quien compartirla.
Qué triste es…
querer a una persona y que ésta no sepa querer a nadie.
Qué triste es…
que la única persona que puede hacer que deje de llorar, es la que provoca mi llanto.
Qué triste es…
zozobrar en el sin sabor del dolor, sentir como mi alma es atravesada por una infinita amargura y quedarme aquí, solo, envuelto en oscuridad y llanto.
Qué triste es…
saber que ella ha creado el peor de los infiernos: ¡el Mío! y se ha creado por todos mis sufrimientos.
Qué triste es…
saber que ella está intentando arrebatarme lo más precioso que aun me queda: ¡Mi Esperanza!
Qué triste es…
que la amargura sea la encargada de decirme cada día que no estoy preparado para seguir viviendo aquí.
Qué triste es…
esforzarme para hacer las cosas bien, llevándome la decepción de que esos esfuerzos ella los rompe en tan sólo unos segundos.
Qué triste es…
sentir que la tristeza me debilita el alma, el deseo de vivir, el deseo de soñar, me hace inútil y me envuelve en una soledad sin fin.
Qué triste es…
querer hablarle y no saber que decirle, es entonces cuando me invade una gran melancolía.
Qué triste es…
saber que la quiero y la estoy perdiendo.
Maldita alienación...
devuélveme a mi amada, tú no eres ella, ella lo es todo, tú no eres nada.
Maldita alienación...
devuélveme a mi amada, tú no eres ella, ella lo es todo, tú no eres nada.
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1 comentario:
Noto en esta melancólica entrada un gran pesar y casi me atrevo a decir que una gran desesperación. También cierto resquemor hacia la persona amada, ¿tu mujer? Si esto es así lo siento, lo siento de veras. Ya sabes que siempre estaré a tu lado para lo que sea. Supongo que nadie mejor que tú sabe lo que pasa, pero quizá la cosa sea pasajera y estéis atravesando una mala racha. En fin, esto es elucubrar demasiado porque realmente no sé si hay o no hay problema. De todas maneras por el tono de tu lírica y poética entrada no puedo imaginar nada muy positivo.
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