España ha pedido ayuda a sus socios del euro porque ni su banca puede financiarse ni el país tiene recursos para capitalizarla. Dicen que no será un rescate a la economía española en general sino un rescate a la banca, aunque el gobierno del PP no quiere ni oír hablar de la palabra “rescate” y utiliza todos los eufemismos posibles para no pronunciar la palabra maldita: “financiación europea para la recapitalización de los bancos”, “apoyo financiero”, “préstamo en condiciones muy favorables”... lo cierto es que España ha terminado por pedir a sus socios de la UE que saquen a sus bancos del agujero en el que se metieron con el estallido de la burbuja inmobiliaria en la que se vivió durante años.
El rescate no será gratuito para nosotros. Desde este mismo año, los intereses que el Gobierno pague por esa deuda computarán como déficit, lo que significa que harán falta nuevos ajustes para pagar esos intereses a Europa. Es decir, que como siempre, la ciudadanía va a pagar por unos bancos que nos seguirán robando.
Hay muchas opiniones que dicen que este rescate nos hundirá para muchos años y que el efecto positivo que dice el gobierno que tendrá sobre la economía española es una burda mentira. Supongo que pronto lo sabremos.
Hay muchos culpables de que España haya tenido que ser rescatada, por citar unos cuantos:
El gobierno Aznar cuando aprobó una ley del Suelo que multiplicó el exceso irracional del sector de la construcción: todo el suelo se declaró urbanizable salvo que estuviera expresamente prohibido favoreciendo en grado superlativo la “burbuja inmobiliaria”.
El señor Zapatero que tuvo más de siete años para pinchar esta burbuja y frenar la loca carrera crediticia de las entidades financieras y no lo hizo dejándose llevar por la “opulencia ficticia” que disfrutaba nuestro país.
El ya exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez y su equipo que desoyeron el informe de los inspectores del Fondo Monetario Internacional que advertían de los fallos del sistema, aún así, el gobernador y su cúpula prefirieron "permitir a bancos débiles seguir operando en perjuicio de la estabilidad financiera".
El señor Rajoy y su gobierno con su nefasta gestión del problema de Bankia como así lo manifestaba el presidente del Banco Central Europeo Mario Draghi: “Esa es la peor manera posible de hacer las cosas”.
Los presidentes autonómicos y sus gobiernos con sus déficits ocultos fruto de sus enormes despilfarros. Me refiero al señor Montilla en Cataluña, al señor Camps en la Comunidad Valenciana, a la señora Aguirre en la Comunidad de Madrid, al señor Griñán en Andalucía y a un largo etcétera.
Los presidentes de bancos y cajas imbuidos en su delirio con la burbuja inmobiliaria y su descontrol de gestión de riesgos.
Todos esos y muchos más son los auténticos responsables de la crisis por la que atraviesa España y que está pagando el pueblo español a base de recortes y merma de sus derechos, mientras los auténticos culpables campan a sus anchas con sueldos astronómicos y totalmente impunes.
Por eso quiero gritar tan alto como pueda, aunque no me sirva de nada que…
Yo no tengo la culpa de la crisis porque yo no la he provocado.
Yo no he gestionado ni administrado un sólo céntimo.
Yo no he despilfarrado el dinero de nadie, ni siquiera el mío.
Yo he trabajado y sigo haciéndolo con total profesionalidad y responsabilidad desde mi puesto en la sanidad pública después de aprobar unas oposiciones muy duras.
Yo no he votado ningún partido político que se atreva a bajarme el sueldo, el mísero sueldo que nos pagan.
Yo no he elegido políticos que hayan aprobado una reforma laboral injusta, que se ha cargado de un plumazo los derechos de los trabajadores, adquiridos tras muchos años de lucha y que beneficia claramente al empresario poniendo en sus manos una herramienta que fomentará las arbitrariedades, el empleo precario y sin derechos, muy próximo al trabajo esclavo.
Yo no tengo ninguna responsabilidad de que el sector financiero esté hecho unos zorros por la mala gestión de individuos ineptos y corruptos.
Yo no he votado a ningún político que aplique unas políticas de recortes y de pérdida de derechos de los trabajadores para contentar a los riquísimos mercados.
Yo no tengo culpa de que políticos sin escrúpulos, con la corrupción por bandera hayan despilfarrado millones y millones de euros en obras e infraestructuras que luego no han servido para nada.
Yo no he votado a nadie que haya generado cinco millones de parados, que con sus políticas restrictivas e injustas esté lanzando al pozo de la miseria y la desesperación a millones de personas.
Yo no he dado mi apoyo a ningún político para que, con su execrable forma de hacer política le niegue el futuro a toda una generación de jóvenes, la mejor preparada de la democracia.
Pues si soy inocente de todos esos cargos ¿por qué tengo que pagar yo lo que han hecho otros? ¿Por qué me bajan el sueldo y recortan mis derechos?
Este sistema de mierda, claramente insolidario y vejatorio para las clases más desfavorecidas, con un oscurantismo propio de otras épocas, que se niega a investigar la mala gestión del sector financiero, que no destapa a los culpables y no sienta en el banquillo de los acusados a los auténticos responsables de estos desmanes (políticos, banqueros, empresarios sin escrúpulos...) es inmundo y repugnante, asquerosamente podrido, infecto, nauseabundo y vomitivo.
¿Hasta cuándo tendremos que aguantar a todos estos sinvergüenzas, caraduras, golfos, canallas, ruines, bajos, tunantes, pícaros, bribones y granujas que nos han gobernado y que nos gobiernan, que con sus malas artes y su ineptitud han sumido a mi querida España y a sus gentes en el oscuro pozo de la desesperanza?
Marco Atilio
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