¿Que son, como son y como deberían ser los Políticos?

Los políticos, son  individuos de uno u otro  sexo, que viven de lo que tributamos los contribuyentes, representado la adquisición, el mantenimiento y la gestión del poder en instituciones o ámbitos públicos. Permanecen durante una o varias legislaturas en el poder, (ingresando  más), para pasar luego a la oposición, cobrando también del dinero de los contribuyentes, (ingresando menos), pues necesitan que exista la oposición, para hacer creer al pueblo que la democracia es una realidad, tratando de  que no advirtamos (insultando nuestra inteligencia, bueno… la de  algunos) que vivimos en una dictadura camuflada.



Los partidos políticos son a mi modo de ver una representación de la antigua nobleza (lo digo por sus prebendas, privilegios y prerrogativas) que aun siguen camuflados en muchas naciones, bajo el disfraz de un gobierno constitucional.

Ser político y tener moral es algo que difícilmente puede coexistir en una misma persona.

Son personajes sin principios, aprovechados, vulgares,  calculadores, desaprensivos, oportunistas,  interesados, hipócritas, que prometen más de lo que pueden cumplir, que usan la verborrea para engañar al electorado, que son  propicios a la corrupción y al engaño, que sólo buscan el éxito inmediato, que defienden intereses poco claros,  egoístas o inmorales y que por lo mismo, merecen poca o ninguna confianza y respeto.

Deberían ser,  personajes con arraigados principios morales, con vocación de ayuda al colectivo social,  con una conducta política éticamente perfecta, capaces de compenetrarse con toda la sociedad y acercarse a ella de un modo espontaneo y  natural; en resumen, el político ha de ser un verdadero hombre de estado, capaz de pensar elevadamente, sentir intensamente lo prometido y hablar claro; una persona de profundas convicciones,  que huya de extremismos, pactos y de promulgar leyes que puedan perjudicar de una u otra forma, a todos los ciudadanos que pusieron su confianza en su gestión al frente del ejecutivo;  y que si se viera en la tesitura de escoger, procurara siempre que del mal el menor.

 

Como dijo el autor hispanorromano (siglo I d.C) Marcus Fabius Quintilianus en su institutio oratoria (vir bonus dicendi peritus), "un buen hombre experto en hablar", este es el ideal humano imaginado y concebido por Quintiliano, "un orador dotado de un alto sentido moral y que presta sus servicios a la comunidad en que vive".

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